Adem‡s de los cl‡sicos instrumentos
de cuerda a los que estamos acostumbrados, existen otros que
no son tan conocidos por el gran pśblico, pero que son tanto
o m‡s interesantes. El stick, inventado en California en los
a–os 70, es uno de ellos.
JULIA BARRIO
Acostumbrados al bajo, la guitarra o el viol’n, no nos cabe
en la cabeza la posibilidad de que existan instrumentos de cuerda
diferentes a los que conocemos. Pero s’ que los hay, y algunos
de muy reciente creaci—n. Entre ellos, el stick.
Inventado por Emmett Chapman en California durante los a–os
70, el stick es un instrumento musical cuya mayor particularidad
es que permite elaborar cuatro tipos de mśsica: la de un bajo,
una guitarra, un piano y un instrumento acśstico.
Sus cuerdas se dividen en dos grupos: uno de acordes o de bajo,
que funciona como la mano izquierda de un piano; y un segundo
de cuerdas de guitarra o mel—dicas. Por ello, el stick reśne
en s’ mismo el sonido del bajo y la guitarra, que se tocan como
si fueran un piano. Pero adem‡s, para tocar el stick se utiliza
la tŽcnica del tapping, que consiste en pulsar las cuerdas en
lugar de rasgarlas. Con ello se consigue un sonido propio de
los instrumentos de percusi—n.
De esta manera, con tantos sonidos diferentes procedentes de
un mismo instrumento, el stick (ÇpaloČ, en inglŽs) permite que
un grupo de s—lo dos personas pueda interpretar multitud de
sonidos a la vez. Es el caso de El Deseo, la banda de Diego
Blanco y Alejandro Blasi. Entre los dos, tocan la guitarra,
el charango y el stick, pero sus canciones suenan como si toda
una orquesta se hubiera instalado sobre el escenario.
Nacido en Argentina, Diego es el representante en Baleares
del Stick Center en Espa–a, una asociaci—n sin ‡nimo de lucro
que pretende difundir el conocimiento sobre este peculiar instrumento
de cuerda. Para hacerlo, segśn Diego, utilizan Çla manera que
nos parece m‡s apropiada: hacer mśsicaČ.
homonimo en argentina
El m‡ximo representante del Stick Center, Guillermo Cides,
comparte la presidencia con su hom—nimo de Argentina. La idea
de fundar el centro surgi— cuando Cides comenz— a investigar
su primer stick en 1990 y se dio cuenta de que no conoc’a a
nadie que pudiera ense–arle a tocar. Se transform— as’ en un
autodidacta, y despuŽs de algunos a–os decidi— crear un centro
en el que poder proporcionar a los dem‡s la informaci—n que
Žl hab’a cosechado a lo largo de sus a–os de autoaprendizaje.
Para ello, el Centro de Stickistas en Espa–a realiza dos seminarios
anuales, dirigidos tanto a profesionales como a reciŽn iniciados.
Segśn Diego Blanco, su objetivo no es conseguir la venta del
instrumento (que s—lo puede adquirirse a travŽs de Internet,
pero tarda de tres a seis meses en llegar a manos de su comprador,
ya que se fabrica de manera artesanal), sino ÇasesorarČ a lo
interesados, introducirles en el mundo del stick para que averigźen
por sus propios medios si les interesa realmente. Adem‡s, la
convivencia durante los seminarios con otros mśsicos tambiŽn
es muy śtil, ya que como explica Blanco, muchos se encuentran
con la duda de a quiŽn dirigirse cuando tienen alguna duda.
Las clases son impartidas por grandes expertos en el instrumento,
como Guillermo Cides o Jim Lampi Çpersonas como Paco de Luc’a,
pero con un instrumento poco conocidoČ, especifica Diego. En
Espa–a hay un total de 20 stickistas, por lo que los seminarios
no s—lo se componen de alumnos espa–oles, sino procedentes de
toda Europa. ÇEl Stick Center en Espa–a es un punto de encuentro
para todos los estickistas de EuropaČ, explica Diego.
Comenz— a tocar el stick hace cinco a–os, en Argentina, pero
no se anim— a formar un grupo con Žl hasta que lleg— a Mallorca
en el a–o 2000. Su afici—n comenz— cuando vio a Guillermo Cides
tocando el stick, y la curiosidad le empuj— a conocer las caracter’sticas
del instrumento. Ahora, en Mallorca, se encarga de difundir
su uso por toda la Isla. Sin ir m‡s lejos, la semana pasada
su grupo ofreci— un concierto en Ses Coves Blanques de Porto
Cristo, en el que tambiŽn particip— Guillermo Cides. Diego afirma
que fue todo un Žxito: ÇLa gente manifestaba su sorpresa tanto
por lo que o’a a nivel sonoro como por lo ve’a que se pod’a
hacer con el stickČ, explica orgulloso. En noviembre continuar‡n
con su labor, con un Stick Tour que recorrer‡ toda la Isla.
Todo ello, con el objetivo de promocionar el amor por este
intrumento, ya que no hay otra manera de definir lo que Diego
siente por el stick. Emocionado, afirma que Çel l’mite de creatividad
lo pones tś mismo, por lo que tocarlo es como llegar a una playa
virgen y descubrirlaČ.
|